The third Sunday of Advent is traditionally called Gaudete Sunday. Gaudete. Gaudete is the Latin word meaning “rejoice.” This Sunday is so named because the Entrance Antiphon calls us to “Rejoice in the Lord always; again I say, rejoice. Indeed the Lord is near.” Phil. 4:4-5.
Here at St. Francis of Assisi and at churches and homes all over, the pink candle on the Advent wreath is lighted. The priest-celebrant frequently wears pink or rose-colored vestments. This is a joyful reminder that our salvation is near.
This week's Gospel reading continues our Advent reflection on the person and message of John the Baptist. We hear Jesus' message to John the Baptist, now in prison, about the signs of the kingdom found in Jesus' ministry.
From prison John sends his disciples to Jesus, asking if Jesus is the Messiah for whom he has been waiting. Jesus responds by pointing to the miracles that he has worked and invites John and the other hearers to come to their own conclusion. Jesus assesses John’s role and praises John for preparing the way for Jesus. Then Jesus says that all of those who work for the Kingdom of God will be as great as John and even greater.
Jesus' message to John about the signs of the kingdom being performed recalls the salvation described by the prophet Isaiah. In our First Reading. This passage is a reminder that the beginning of salvation is already mysteriously present to us, but also yet to be fulfilled. Salvation is already in our midst as manifest in the miraculous deeds of Jesus and in the Church.
Still much remains to be done to bring the Kingdom of God to be fulfilled. Even as we observe our world today, we can find glimpses of God's work among us. Even more, we help to prepare the way for God's kingdom by our words and our deeds. This message is indeed a cause for rejoicing and a challenge for action on our part.
May this Third Sunday of Advent prepare us and encourage us to rejoice at the Lord’s coming. He is near to us as we open our hearts to him, joy and peace will fill them. He will show us the way to be prophets of the Gospel. “How beautiful… are the feet of one who brings glad tidings, announcing peace, bearing good news..” Isaiah 52: 7.
Let us pray:
O God, who see how your people faithfully await the feast of the Lord’s Nativity, enable us, we pray, to attain the joys of so great a salvation and to celebrate them always with solemn worship and glad rejoicing. Through Christ, our Lord. Amen.
Reflexión Tercer Domingo de Adviento
El tercer domingo de Adviento es tradicionalmente llamado Domingo de Gaudete. Gaudete. Gaudete es la palabra latina que significa “regocijarse”. Este domingo se llama así porque la Antífona de Entrada nos llama a “Gozaos en el Señor siempre; de nuevo digo, regocíjate. Ciertamente, el Señor está cerca”. Fil. 4:4-5.
Aquí, en St. Joseph's y en iglesias y hogares de todo el mundo, se enciende la vela rosa de la corona de Adviento. El sacerdote celebrante suele llevar vestiduras de color rosa o rosa. Este es un recordatorio gozoso de que nuestra salvación está cerca.
La lectura del Evangelio de esta semana continúa nuestra reflexión de Adviento sobre la persona y el mensaje de Juan el Bautista. Escuchamos el mensaje de Jesús a Juan el Bautista, ahora en prisión, sobre las señales del reino que se encuentran en el ministerio de Jesús.
Desde la prisión, Juan envía a sus discípulos a Jesús, preguntándole si Jesús es el Mesías que ha estado esperando. Jesús responde señalando los milagros que ha obrado e invita a Juan ya los demás oyentes a llegar a sus propias conclusiones.
Jesús evalúa el papel de Juan y lo alaba por preparar el camino para Jesús. Entonces Jesús dice que todos los que trabajen por el Reino de Dios serán tan grandes como Juan y aún mayores. El mensaje de Jesús a Juan sobre las señales del reino que se están realizando recuerda la salvación descrita por el profeta Isaías. En nuestra Primera Lectura. Este pasaje es un recordatorio de que el comienzo de la salvación ya está misteriosamente presente para nosotros, pero también está por cumplirse. La salvación ya está entre nosotros como se manifiesta en las obras milagrosas de Jesús y en la Iglesia.
Todavía queda mucho por hacer para que el Reino de Dios se cumpla. Incluso mientras observamos nuestro mundo hoy, podemos encontrar vislumbres de la obra de Dios entre nosotros. Más aún, ayudamos a preparar el camino para el reino de Dios con nuestras palabras y nuestras obras. Este mensaje es ciertamente motivo de alegría y un desafío para la acción de nuestra parte.
Que este Tercer Domingo de Adviento nos prepare y anime a alegrarnos por la venida del Señor. Él está cerca de nosotros cuando le abrimos nuestros corazones, gozo y paz los llenarán. Él nos mostrará el camino para ser profetas del Evangelio. “Cuán hermosos… son los pies del que anuncia la buena nueva, anuncia la paz, lleva la buena noticia…” Isaías 52, 7.
Oremos: Oh Dios, que ves cómo tu pueblo espera fielmente la fiesta de la Natividad del Señor, capacita nosotros, te rogamos, para alcanzar los gozos de tan grande salvación y celebrarlos siempre con solemne adoración y gozoso regocijo. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.